Aunque cueste creer que puedan existir personas que dedican parte del tiempo de su vida a acosar a sus compañeros de trabajo, lo cierto es que, es una realidad. De hecho, a pesar de que mucha gente considera el bullying o el acoso como una “cosa de niños” que se da en los colegios y los institutos, existen datos poco alentadores sobre el acoso en el entorno laboral.
De hecho, tal como ha explicado el sindicato CCOO, en nuestro país, actualmente, el 15% de los trabajadores sufren acoso laboral o mobbing. De hecho, la cifra es alarmantemente más alta en España que en la mayoría de los países de la Unión Europea, donde se sitúa en un 9%.
Sin embargo, en algunos países del norte de Europa como, por ejemplo, Finlandia, el porcentaje se eleva hasta a un escandaloso 20%. Este es, por lo tanto, un problema serio y real que debe tenerse en cuenta y actuar en consecuencia para poner remedio y evitar que estas situaciones continúen existiendo. Por ello, en este artículo vamos a hablar del acoso laboral para saber cómo identificarlo y, sobre todo, cómo podemos hacerle frente.
Resumen del artículo
¿Qué es el acoso laboral?
El acoso laboral o el mobbing es una serie de acciones que realiza una persona que forma parte de una empresa y que se dirigen a intimidar, vejar con la intención de degradar la situación laboral de un trabajador de la misma empresa. De hecho, en muchas ocasiones el nivel de acoso es tal que muchas personas se llegan a plantear si lo mejor es abandonar la empresa y dejar su puesto de trabajo. De hecho, esta situación puede llegar a mermar su autoestima e incluso afectar a su vida personal de una manera directa.
Para que se considere que existe acoso laboral, se deben dar algunos rasgos típicos. Entre ellos, el acosador o la acosadora suele emplear la violencia verbal y psicológica para disminuir la confianza de otros trabajadores.
En algunos casos, la persona acosadora se dirige a la acosada mediante insultos o comentarios fuera de lugar. También se puede manifestar en forma de desacreditaciones o poniendo en duda continuamente las capacidades del otro empleado. Esto puede escalar hasta el uso de difusión mentiras y rumores falsos, humillaciones, y aislamiento de esta persona respecto al resto de la plantilla de trabajadores.
Todo ello va ligado a la intención de retirar cualquier tipo de apoyo que esta persona tenga dentro de la organización. En algunos casos extremos, tenemos conocimiento de que, incluso, se ha llegado a las agresiones físicas.
En algunos casos existe una motivación por motivo de raza, género, orientación sexual, creencias culturales, o ideología política. Estas suelen ser las más comunes. Sin embargo, en muchos casos sólo basta que a la persona acosadora no le caiga bien un trabajador o trabajadora para iniciar esta molesta situación. Asimismo, se puede dar acoso entre compañeros del mismo nivel jerárquico, pero también existe el acoso por parte de superiores o por parte de inferiores, aunque este último suele ser mucho menos frecuente.
¿Cuáles son las consecuencias del acosamiento laboral?
Como hemos comentado anteriormente, el acoso laboral puede afectar a la vida de una persona de muchas maneras diferentes. Por ello hemos dicho que este tipo de situaciones no se quedan sólo en el ámbito laboral, sino que también se entremezclan con la vida personal.
De hecho, la persona acosada puede empezar a mostrar signos de falta de confianza y de tensión constante. Esto se debe a que la persona está constantemente expuesta a situaciones de estrés y de ansiedad. Por ello, puede experimentar estos mismos síntomas en su vida personal, incluyendo ataques de pánico e incluso síntomas más graves, como la depresión clínica.
En el ámbito laboral, el signo más común que se suele detectar es la falta de autoestima y la creencia de que la persona afectada lo hace todo mal. En consecuencia, es fácil que el empleado o la empleada tenga un bajo rendimiento o desempeño laboral. Esta situación puede llevar a que los superiores le llamen la atención por su bajo rendimiento. Por ello, se considera que esta situación se retroalimenta negativamente.
La situación puede volverse tan negativa e insostenible que la persona afectada puede abandonar su puesto de trabajo con todas las consecuencias que ello conlleva: pérdida de la indemnización y del derecho a percibir la prestación por desempleo.
Pero la situación, en muchas ocasiones, se extiende más allá. Ya que la persona acosada puede tener muchas dificultades para integrarse en un nuevo puesto de trabajo. Esto se debe a que puede desarrollar temor a que esta situación pueda llegar a repetirse. En estos casos, se recomienda acudir a un buen psicólogo.
¿Cómo puedo saber si estoy sufriendo acoso laboral?
El acoso laboral no es una situación que se suela dar de la noche a la mañana. De hecho, al acosador suele llevarle un tiempo desplegar sus “armas” en contra de la persona que ha elegido como objetivo.
Es más, en muchas ocasiones se produce de una manera tan sutil que ni siquiera la persona que lo está sufriendo se da cuenta hasta que los efectos de dicho acoso son notables: baja confianza, pérdida de autoestima, distanciamiento respecto al resto de los compañeros/as de trabajo, etc.
Por ello, recomendamos estar atentos a las señales para detectarlo a tiempo cuanto antes y actuar en consecuencia antes de que empiecen a notarse sus efectos psicológicos y sociales en el entorno de trabajo. Entre estas señales, podemos destacar las siguientes:
Relaciones personales distantes entre compañeros/as de trabajo
Es cuando se producen relaciones personales distantes entre compañeros/as de trabajo. Es decir, si existe una persona o grupo de personas que ignoran a uno o más trabajadores de manera continua. También se muestra con una mala actitud, por ejemplo, si le responden de una manera agresiva ante cualquier situación.
Situaciones de humillación y de sobrecarga de trabajo
Para detectarlo, el trabajador debe ser consciente de sus competencias exactas y el volumen de trabajo que puede llegar a soportar. Cuando un superior o un compañero/a de trabajo le da una carga excesiva de trabajo y el empleado no puede dar a basto, es probable que se esté dando una situación sutil de acoso laboral.
Lo mismo sucede si no se valora de manera adecuada la labor que este realiza y se critica todo lo que hace de una manera destructiva. Si no se detecta, la persona acosada se puede echar la culpa a sí misma y es ahí cuando comienza el deterioro psicológico.
El trabajador no cuenta con las medidas de seguridad
En muchas ocasiones la persona acosadora pone en un compromiso a los trabajadores haciendo que tenga que realizar las labores sin contar con las medidas de seguridad necesarias. Es decir, el empleado se enfrenta a situaciones que ponen en peligro su propia integridad física, ya que puede sufrir un accidente.
Esto, aunque pueda parecer un descuido, puede esconder la intención de mermar la confianza del trabajador o acusarle de “quejarse de todo” cada vez que este exige las medidas de protección adecuadas para la realización de distintas tareas que entrañan cierto peligro.
Amenazas
Cuando el trabajador siente que un compañero o un superior le ha lanzado una amenaza, suele ir en la dirección de destruir su autoestima. Si la amenaza es directa, entonces no hay duda. Sin embargo, en un principio suelen ser más sutiles, por lo que conviene agudizar los sentidos y empezar a atar cabos, especialmente cuando estas “bromas” tienen contenido sexual.
Sensación de malestar cuando se encuentra en el entorno laboral
Es normal que los primeros síntomas psicológicos del acoso laboral versen en todo al malestar en el puesto de trabajo. Es decir, se pueden dar signos como sensación de aislamiento, encontrarse mal, sensación de desigualdad respecto a sus compañeros, la invisibilización, entre muchos otros. Por ello, conviene estar alerta y averiguar qué puede estar sucediendo.
¿De qué maneras se puede hacer frente al acosamiento laboral?
Cuando una persona es víctima de acosamiento laboral, puede exigir que se respeten sus derechos. De hecho, estos derechos se incluyen tanto en la propia Constitución Española como en el Tribunal Constitucional.
Por ello, la persona acosada puede exigir el fin de la situación de acoso e incluso la extinción del contrato por incumplimiento grave de las obligaciones del empresario en cuestión o por menoscabo de su dignidad. En este caso, se mantiene el derecho a la indemnización por despido improcedente y a la prestación por desempleo. Asimismo, puede criticar públicamente la conducta de la empresa y denunciar. De hecho, si la persona puede demostrar la existencia de tal acoso, puede actuar por vía judicial para percibir una indemnización por daños y perjuicios.
¿Cómo demostrar el acoso laboral?
Como hemos dicho antes, la persona acosada tiene derecho a denunciar por la vía judicial para poder percibir la indemnización correspondiente por vulneración de los derechos fundamentales. Sin embargo, esto es más complejo, ya que existen una serie de requisitos que se deben cumplir para, en definitiva, demostrar la existencia de dicho acoso.
Por ello, si te preguntas cómo demostrar el acoso laboral, debes tener en cuenta que en este tipo de procedimientos judiciales se aceptan algunas pruebas en específico. Entre ellas, se encuentran las grabaciones de audio o de vídeo en las que se demuestre la existencia de esta situación.
Asimismo, se admiten los mensajes de texto -por vía correo electrónico o WhatsApp- donde se muestran insultos, amenazas, vejaciones, etc. Por último, también se aceptan declaraciones de testigos e informes periciales psicológicos y partes de baja por accidente laboral.
Sabemos que no es tarea sencilla, pero si te encuentras en esta situación y quieres hacer justicia, tendrás que armarte de paciencia y empezar a recabar pruebas hasta que consideres que estas son las suficientes o son lo bastante claras como para interponer una denuncia.