Cuando un matrimonio se disuelve y sus integrantes desean iniciar el proceso de divorcio, puede suceder que una de las partes quede en una posición de clara desventaja en el plano económico con respecto a la otra.
En esos supuestos, la ley establece mecanismos para tratar de garantizar el acceso de las partes más desfavorecidas del divorcio a elementos de cuidado personal y uso diario, así como a los suministros básicos para desenvolverse de manera digna por su cuenta y riesgo.
Además, en caso de que se trate de una mujer con hijos y se encuentre en situación de desempleo, se tiene derecho a otra clase de asistencias y derechos para tratar de mitigar los efectos de la rotura de los lazos matrimoniales que desembocaron en una independencia económica, a fin de garantizar tanto el correcto desarrollo de la madre como del hijo o los hijos menores a su cargo.
Puede darse el caso de que un matrimonio con hijos decida romper los lazos matrimoniales y divorciarse.
También es habitual que una de las dos partes se encontrase en situación de desempleo y que, por tanto, dependiese económicamente de su cónyuge tanto para su subsistencia como la de los hijos en común.
En este supuesto, una de las ayudas para las mujeres divorciadas que están sin trabajo es recibir una pensión compensatoria que permite sufragar las necesidades básicas de la parte más desfavorecida económicamente de la ruptura.
Pero para que la pensión compensatoria sea reconocida, el desequilibrio económico sebe producirse únicamente en uno de los miembros del matrimonio, ya que solo así se demuestra que existía una dependencia económica por una de las partes.
No obstante, entre los derechos de una mujer divorciada sin trabajo se encuentran otros como las ayudas por impago de pensiones alimenticias, que se puede solicitar cuando tras la separación o el divorcio la parte encargada de pasar una pensión para el mantenimiento del hijo incumple su obligación.
En este caso, es el Fondo de Garantía del Pago de Alimentos el organismo encargado de cubrir esta prestación. Para poder recurrir a él, es preciso no percibir ingresos por encima del baremo legal, y haber reclamado por vía judicial el impago de la pensión.
Cuando hablamos de los derechos de una mujer divorciada que está sin trabajo, a menudo también estamos hablando de los derechos de los hijos. El objetivo de estas ayudas es cubrir las necesidades de la parte que salga más desfavorecida de una ruptura matrimonial, bien por separación, defunción o divorcio.
El ejemplo clásico al tratar estos casos de dependencia económica tiene como objetivo una mujer. Es el caso más común porque sigue sin atajarse el problema de la desigualdad en muchos frentes. Una desigualdad estructural cuyo origen está, tal y como reflejan los datos, en una sociedad patriarcal y cuyo principal síntoma es la brecha salarial, que en muchas ocasiones genera fuertes descompensaciones en el nivel de vida al que aspirar.
Esa situación puede compensarse con una serie de ayudas reconocidas para madres divorciadas que estén sin trabajo, aunque algunas coberturas no son exclusivas de mujeres que tengan hijos y pueden solicitarlas aquellas que no sean madres.
No obstante, como estas coberturas buscan garantizar las condiciones básicas de bienestar de la parte más desfavorecida, muchas tienen en cuenta sobre todo al hijo en común del matrimonio.
Estas ayudas pueden proceder de la Seguridad Social, que pueden solicitarse siempre que se cumplan los requisitos, o de una sentencia judicial, que determinará el grado de dependencia económica y desigualdad existente en este ámbito y buscará amortiguar los daños que en esta faceta del matrimonio se produzcan a causa del divorcio.
Cada territorio autonómico cuenta con su propio programa de ayudas. Aunque algunas medidas son comunes, otras no están extendidas por todo el territorio nacional y es importante conocerlas para poder aspirar a ellas.
Algunas de las más frecuentes tienen que ver con la alimentación del menor si existen hijos en común. Por ejemplo, las ayudas para el comedor escolar son muy frecuentes y se pueden solicitar en comunidades como Andalucía o la Comunitat Valenciana, pero otras son más específicas y buscan ir más allá, como las subvenciones al alquiler de la vivienda, una de las ayudas para mujeres divorciadas que estén sin trabajo, o ayudas para el transporte si no se supera un límite de ingresos.
Existen otras contingencias para casos más específicos, que algunos territorios autonómicos contemplan en sus programas de ayudas para madres divorciadas que estén sin trabajo o que cuenten con unos ingresos que se encuentren muy por debajo del límite legal establecido.
Este tipo de ayudas suelen llevar nombres genéricos, como ayudas de emergencia para casos especiales, y buscan paliar el coste económico de cualquier circunstancia recogida en el programa y que se haya acreditado.
Muy conocidos son otros programas como el Plan Prepara, una de las ayudas para mujeres divorciadas sin trabajo y que hayan agotado las prestaciones contributivas y los subsidio por desempleo.
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