En determinados contextos estamos habituados a escuchar hablar de sanciones e infracciones. Seguramente pienses que se trata de conceptos sinónimos, pero, en realidad, esto no es así, ya que, pese a que pueden parecer similares, tienen diferencias importantes que conviene conocer y comprender. Es la mejor manera de hablar con propiedad y, así, evitar todo tipo de confusiones.
Por este motivo, en este artículo, te vamos a mostrar cuál es la principal diferencia entre infracción y sanción. Sigue leyendo si quieres saber cuándo podemos hablar de la primera y cuándo de la segunda. Del mismo modo, si tienes alguna duda al respecto, puedes ponerte en contacto con Garanley Abogados para resolver cualquier problema o asesorarte en cualquier cuestión legal que esté relacionada con este mismo tema.
Resumen del artículo
¿Qué es una infracción?
Una infracción es una acción realizada por un ser humano que se encuentra fuera de las normas sociales establecidas, como, por ejemplo, las leyes o los reglamentos que establece el Estado, las Comunidades Autónomas o los Municipios. Sin embargo, también se puede aplicar al entorno empresarial, ya que ambos cuentan con estructuras que permiten elaborar normativas.
Al violar estas normativas, por lo tanto, una persona está cometiendo una infracción. Entre las más conocidas, encontramos las infracciones de tráfico, que pueden tener unas consecuencias determinadas dependiendo de la gravedad de las mismas. Por ello, se suelen clasificar entre leves, graves y muy graves.
¿Qué tipos de infracciones se pueden cometer?
Como acabamos de comentar, las infracciones se clasifican o se dividen dependiendo de su nivel de gravedad. En primer lugar, tenemos las infracciones leves. Entre ellas se encuentran las que se entiende que no producen ningún daño o perjuicio a otra persona o grupo de personas.
En segundo lugar, encontramos las infracciones graves, que sí pueden tener consecuencias bastante relevantes y producir daños serios físicos y psicológicos a otras personas. Entre ellas, podemos destacar la conducción temeraria, conducir bajo los efectos del alcohol o desobedecer las normas de seguridad en el puesto de trabajo, entre otras. En tercer y último lugar, encontramos las infracciones muy graves, que se caracterizan por causar un daño importante a grandes grupos de personas o a la sociedad en general. Entre ellas, podemos destacar la corrupción o el fraude.
¿Qué es una sanción?
El concepto de sanción viene ligado al concepto de infracción, ya que se considera el primero la consecuencia del segundo. Por lo tanto, se trata de penalizaciones, y pueden adquirir distintas formas, como, por ejemplo, multas, retirada de permisos, despidos, suspensiones de empleo y sueldo o realizar servicios para la comunidad. Si la infracción cometida es grave o muy grave, pueden tener consecuencias penales y la sanción puede traducirse incluso en el ingreso en prisión.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de una sanción?
Como acabamos de comentar, una sanción puede tener consecuencias variadas de distinta índole dependiendo del tipo de infracción que una persona o grupo de personas ha cometido y dependiendo del ámbito. Las consecuencias pueden ser leves, como simples avisos o multas, pero, si la infracción ha sido de gravedad, pueden tener consecuencias penales e incluir penas de cárcel.
Pero esto no termina ahí, sino que pueden darse algunas otras consecuencias que muchas personas pasan por alto en el momento en que están cometiendo una infracción. Entre ellas, podemos hablar de la pérdida de licencias y permisos, como, por ejemplo, la retirada del carnet de conducir.
Del mismo modo, también se puede prohibir realizar determinadas actividades. Por ejemplo, los gestores y abogados, tras infracciones graves y muy graves, pueden sufrir la prohibición de ejercer su labor durante un tiempo determinado, que puede variar entre unos meses y varios años.
Del mismo modo, una sanción puede tener otras consecuencias, como, por ejemplo, el desprestigio profesional, ya que, normalmente, nadie quiere depositar su confianza en una persona que ha sido condenada por una sanción en el ámbito profesional. Por este motivo, lo más recomendable es actuar de acuerdo con la ley y con las normas establecidas.
¿Cuál es la diferencia entre las infracciones y las sanciones?
Si todavía te preguntas cuál es la diferencia entre una infracción y una sanción, no te preocupes, ya que vamos a resolver definitivamente tus dudas. Así pues, la diferencia principal entre infracciones y sanciones, podemos decir que el primer concepto es el hecho causante y el segundo, la consecuencia.
Por ejemplo, una infracción de tráfico puede ser saltarse un semáforo o un stop e incluso conducir bajo los efectos del alcohol. Cuando una cámara de tráfico o un agente detectan dicha infracción, pueden interponer una multa o denunciarte por la vía penal si la falta ha sido demasiado grave. Esta multa es la sanción y sus consecuencias pueden variar dependiendo de la gravedad de la primera. Esta es la principal diferencia entre ambos conceptos.
En definitiva, comprender la diferencia entre las infracciones y las sanciones es fundamental para actuar con responsabilidad y, así, evitar consecuencias no deseadas. Mientras que una infracción se refiere a la acción que viola las normativas establecidas, una sanción es la consecuencia o penalización que se impone como resultado de dicha infracción.
Por este motivo, recordamos que es muy importante respetar las reglas y evitar aquellos comportamientos que puedan generar sanciones, ya que estas pueden tener repercusiones significativas en diversos aspectos de la vida de las demás personas que tienes a tu alrededor.