Diferencias entre sanciones administrativas y penales por alcoholemia

No cabe duda de que, pese a que se han reducido el número de muertes en la carretera durante las últimas décadas, el alcohol sigue siendo una lacra en el ámbito de la conducción. De hecho, de las 1214 personas que fallecieron en las carreteras españolas a lo largo del 2022, 609 murieron como consecuencia de conductores que se encontraban bajo los efectos del alcohol.

Es decir, las muertes por alcohol suponen todavía alrededor del 50% de las muertes totales. No obstante, el alcohol deja una estela bastante dramática de por sí sin tener en cuenta los fallecimientos. Estamos hablando de las personas que terminan heridas de gravedad como consecuencia de los accidentes de tráfico que se ocasionan debido al consumo de alcohol y de otras sustancias. 

De hecho, en el pasado 2022, más de 4.000 personas resultaron heridas de gravedad. Por este motivo, la Dirección General de Tráfico (DGT), se encarga de endurecer las normativas de tráfico en este sentido, con la intención de seguir reduciendo estos números que, aunque han descendido notablemente en las últimas décadas, siguen resultando muy alarmantes. 

La DGT depende del Ministerio de Interior de España y se encarga de imponer las sanciones necesarias a aquellas personas que incumplan la ley por ponerse al volante bajo los efectos del alcohol. Estas sanciones son muy necesarias para modificar los hábitos negativos de la sociedad y, sobre todo, para concienciar. Por este motivo, en este artículo te vamos a explicar qué son las sanciones por alcoholemia y diferenciaremos entre las administrativas y las penales. Sigue leyendo para obtener más información. 

¿Qué son las sanciones por alcoholemia?

Las sanciones por alcoholemia en España son aquellas impuestas por la DGT, un órgano autónomo que depende del Ministerio del Interior, que a su vez depende del gobierno de España. Según la legislación, los conductores deben respetar las normas de tráfico y eso incluye todo lo relativo al consumo de alcohol mientras conduces cualquier tipo de vehículo, ya sea un coche, un camión o una motocicleta. 

En el caso de incumplir las normas, los conductores pueden ser sancionados si conducen bajo los efectos de alcohol. Los agentes de tráfico se encargan de averiguarlo haciendo un control de alcoholemia en el momento que tienen una sospecha de que alguien se encuentra bajo los efectos del alcohol. 

Ahora bien, debes saber que las multas por alcoholemia varían dependiendo del nivel de alcohol en sangre de la persona a la que se le realiza dicho control. La mayoría de las sanciones que se dan suelen ser leves, que son lo que se conoce como sanciones administrativas. Sin embargo, si superas el umbral de alcohol en sangre permitido se convierte en delito y la sanción se procesa por la vía penal. 

 

Diferencia entre una sanción penal y administrativa en España

No existe ninguna duda de que el consumo de alcohol afecta a la capacidad de conducción y reduce la capacidad de reacción ante imprevistos. Esto es algo que hay que tener en cuenta y que no debe tomarse a la ligera, ya que el hecho de conducir bajo los efectos de este tipo de sustancias causa muchos accidentes al año. 

Por ello, como hemos comentado, la DGT aplica sanciones administrativas cuando considera que el consumo de alcohol en aire espirado y en sangre es “bajo”. Sin embargo, debes saber que en el código penal se encuentra tipificado como delito el hecho de ponerse al volante cuando la tasa de alcohol supera los umbrales permitidos, por lo que, en este caso, se trata de una sanción penal. A continuación, vamos a tratar de verlo con mayor nivel de detalle. 

¿Cuándo se considera que es sanción administrativa?

Según dicta la Ley de Seguridad Vial, en el caso de tomes una cerveza antes de ponerte al volante, los agentes de tráfico te hacen el control y das positivo en alcoholemia, sin superar la tasa máxima permitida de 0,50 mg/l en aire espirado, se considera que has cometido una sanción administrativa por alcoholemia. La consecuencia, en este caso, suele ser una multa que puede llegar a los 1.000 euros y, en ocasiones, la pérdida de hasta 6 puntos del carnet de conducir. 

Sin embargo, los conductores profesionales y los titulares de un permiso de conducción con menos de dos años de antigüedad, no pueden superar los 0.30 mg/l. La consecuencia en este caso es la misma de la que hemos hablado, es decir, una sanción administrativa, hasta 1000 euros de multa y la pérdida de hasta 6 puntos del carnet de conducir. 

En definitiva, si se trata de una sanción administrativa, las consecuencias no son demasiado graves, ya que se suele saldar con una multa de entre 500 y 1000 euros y la retirada de entre 4 y 6 puntos del carnet de conducir. Sin embargo, las consecuencias para una sanción penal son más graves, como vamos a ver a continuación. 

¿Cuándo se considera que es una sanción penal?

Si has bebido algo más que un par de cervezas y superas los límites permitidos por la ley de Seguridad Vial, te puedes enfrentar a sanciones mucho más graves. De hecho, según el Código Penal, un conductor que ha ingerido y excede la cantidad de alcohol en aire espirado y en sangre en el control de alcoholemia o que presenta claros síntomas de embriaguez constituye un delito contra la seguridad vial y, por lo tanto, debe ser juzgado por la vía penal. 

De hecho, recordamos que en el artículo 379 del Código Penal indica que “aquella persona que conduzca un vehículo a motor o un ciclomotor bajo la influencia del alcohol o de las drogas, puede ser castigado con penas de prisión de entre 3 y 12 meses, la obligación de trabajos en beneficios de la comunidad, así como la retirada del carnet de conducir de entre 1 y cuatro años”. 

En este sentido, anotamos que la tasa de alcoholemia, para que se considere delito y no una sanción administrativa, debe ser superior a 0,60 mg/l en aire espirado o de 1,2 gr/l en sangre. Sin embargo, si esta es más elevada, se pueden aplicar agravantes y tener consecuencias mucho más duras. Además, en el caso de que hayas provocado un accidente por conducir bajo los efectos del alcohol, pueden aplicarte más agravantes. 

En definitiva, ahora que conoces las diferencias entre las sanciones administrativas y penales por alcoholemia, esperamos que seas más consciente de ello. No obstante, si necesitas defensa en este tipo de casos, siempre puedes contar con Garanley. Somos especialistas en este tipo de problemas legales relacionados con la alcoholemia y la conducción y te podemos asesorar. 

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