Según las estadísticas de tráfico, cada año se producen miles de accidentes y muertes en carreteras españolas que se relacionan con el consumo de alcohol al volante. A pesar de que las campañas de concienciación y las duras penas y las sanciones que se establecen por ley han reducido bastante el número de siniestros y de muertes, el hecho de conducir bajo los efectos del alcohol sigue teniendo consecuencias devastadoras tanto en nuestro país como en el resto del mundo.
Estos accidentes que se derivan del consumo del alcohol tienen consecuencias muy graves no únicamente para aquellos que han sido víctimas de un conductor ebrio, sino también para los propios infractores. Esto tiene, además, un impacto físico, emocional, y económico en la vida de las personas y en las de sus familiares que resulta incalculable.
Por este motivo, creemos que es de vital importancia tomar conciencia de los peligros del alcohol al volante y tomar medidas para prevenir este tipo de comportamientos irresponsables. Así pues, en este artículo, te vamos a mostrar los distintos métodos y tecnologías que se utilizan para la detección y la medición de los niveles de alcohol. Sigue leyendo si quieres obtener más información al respecto.
La legislación penal española establece, en materia de alcoholemia, un conjunto de delitos y sanciones para aquellas personas que conducen bajo los efectos del alcohol. Estos delitos se clasifican en función de la cantidad de alcohol que se puede detectar en el aire espirado o en la sangre del conductor. Si tienes dudas o algún problema al respecto, siempre puedes resolverlo con la ayuda de unos abogados de alcoholemias en Barcelona.
Por ello, antes de ponerte al volante, deberás tener en cuenta algunos aspectos esenciales, tales como tu complexión física, tu masa corporal, tu género, el tipo de bebida que has ingerido e incluso la cantidad de alimentos que has comido y el tiempo que ha pasado, entre otros. Estos factores pueden hacer que la cantidad de alcohol que llevas en tu cuerpo afecte a tu capacidad de reacción y pueden marcar la diferencia entre un delito de alcoholemia y una sanción administrativa.
El primer caso que puede tener una sanción es conocido como «sanción administrativa por alcoholemia», y se aplica cuando se detecta una cantidad de alcohol en aire espirado de entre 0,25 y 0,50 miligramos por litro. La persona que comete esta infracción por ponerse al volante tras haber ingerido cierta cantidad de alcohol se expone a una sanción económica y a la retirada de varios puntos en su carnet de conducir.
El segundo caso es el de «delito de alcoholemia», y se aplica cuando la tasa de alcohol en aire espirado es superior a 0,50 miligramos por litro o la tasa de alcohol en sangre es igual o superior a 0,30 gramos por litro. En este caso, se considera más grave, ya que, además de la sanción económica y la retirada de una cierta cantidad de puntos del carnet de conducir, la persona que comete este delito se enfrenta a la posibilidad de una pena de prisión de 3 a 6 meses o una multa de 6 a 12 meses, e incluso la realización de servicios a la comunidad, ya que se considera delito de tráfico.
Por último, en el caso de que la cantidad de alcohol en aire espirado sea igual o superior a 0,60 miligramos por litro o en sangre sea igual o superior a 0,50 gramos por litro, se considera delito de alcoholemia con agravantes. Aquí las sanciones pueden aumentar de forma considerable, ya que pueden derivarse penas de prisión de 6 meses a 1 año, multas y, además, la retirada del carnet de conducir durante un periodo de entre 1 y 4 años. Es decir, este es el último límite de alcoholemia que se puede traspasar, pero depende de la cantidad de alcohol que aparezca en el control de alcoholemia.
Para poder concienciar a los conductores sobre la importancia de no coger el volante cuando hemos bebido alcohol y no nos encontramos en buenas condiciones, existen las sanciones y los delitos de alcoholemia. Para poder aplicarlos, las autoridades utilizan una serie de tecnologías y métodos que sirven para detectar y medir los niveles de alcohol tanto en aire espirado como en sangre.
En primer lugar, se utilizan los alcoholímetros, que son dispositivos portátiles que miden la concentración de alcohol al soplar por un tubo. Con un margen de error de no más de un 7%, estos instrumentos son bastante fiables y precisos. Asimismo, son pequeños y bastante ligeros para poder transportarse con facilidad, además de contar con una pequeña pantalla digital para poder consultar los datos incluso en condiciones de poca iluminación. Es, por lo tanto, el instrumento que se utiliza para detectar la cantidad de alcohol por litro en aire espirado.
En segundo lugar, otros dispositivos que suelen utilizar las autoridades con mayor frecuencia para consultar el nivel de alcoholemia de los conductores son los etilómetros. Estos se utilizan para conocer el nivel de alcohol en sangre, suelen ser de mayor tamaño que los alcoholímetros y cuentan con una mayor precisión.
Es decir, cuentan con tan sólo un porcentaje del 5% de margen de error. Por ello, los suelen solicitar los conductores que han dado positivo por error porque están seguros de que es un falso positivo. Para ello, si te encuentras en este caso, debes solicitar una prueba de alcohol en sangre, pero sólo debes hacerlo si estás seguro/a de que no has ingerido absolutamente nada de alcohol, ya que, de dar positivo en sangre, te harán pagar la prueba.
Asimismo, también puede tener consecuencias más negativas para ti, ya que lo único que conseguirás es agravar la sanción o el delito en el caso de que hayas cometido la irresponsabilidad de ponerte al volante en estado de embriaguez, ya que estarás poniendo en duda la labor y la autoridad de los agentes de tráfico.
En caso de estar seguros de que es un falso positivo, se debe extraer una muestra de sangre para poder someterla al test de un etilómetro para determinar la concentración de alcohol presente en ella. Este método es mucho más preciso, porque la probabilidad de error de los dos test juntos es muy baja.
Además de los alcoholímetros y los etilómetros, los agentes encargados de hacer cumplir la ley también pueden utilizar métodos para detectar la alcoholemia en conductores. Entre estos otros métodos, podemos destacar la observación de síntomas físicos y el uso de pruebas de coordinación y equilibrio para determinar si deben hacer un test de alcoholemia para determinar si una persona ha cometido un delito de alcoholemia o no al conducir bajo los efectos del alcohol dependiendo del límite de la alcoholemia.
En resumen, podemos decir que las autoridades disponen de una variedad de tecnologías y métodos que sirven para detectar y medir los niveles de alcohol en aire espirado y en sangre en caso de que tengan sospechas de que un conductor se encuentra bajo los efectos del alcohol.
Esto les permite determinar con mucha precisión si una persona ha cometido un delito de alcoholemia o una sanción administrativa o no. Por lo tanto, son herramientas y métodos que resultan vitales para garantizar la seguridad vial y tratar de hacer que los accidentes de tráfico derivados del consumo de estas sustancias sigan ocurriendo.
Como hemos comentado en otras ocasiones, los contratos de trabajo se pueden suspender o extinguir…
Conducir bajo los efectos del alcohol se considera uno de los comportamientos más irresponsables que…
Aunque durante las últimas décadas el número de accidentes, de heridos y de fallecimientos en…
A pesar de que cuando hablamos de la transmisión de bienes por testamento, lo primero…
Habitualmente, solemos recibir muchas preguntas por parte de todo tipo de personas que tienen dudas…
Un accidente laboral se define como cualquier lesión corporal o enfermedad que el trabajador sufre…
Esta web utiliza cookies