La Dirección General de Tráfico (DGT) lleva décadas trabajando sin descanso para reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. Estamos seguros de que alguna vez has visto alguna de las campañas que este organismo ha lanzado a los medios de comunicación, tanto por televisión como por radio y otros medios audiovisuales de masas para concienciar sobre la seguridad al volante.
Precisamente, el asunto que más suele preocupar a la DGT es un problema que afecta a la sociedad en general: el consumo de alcohol. De hecho, conducir bajo los efectos de esta sustancia es una de las principales causas de muchos accidentes de tráfico. En estos accidentes, es muy fácil terminar con lesiones graves e incluso perder la vida. Esto se debe a que por las carreteras y autovías se conduce a grandes velocidades, por lo que cualquier distracción puede resultar fatal.
Para hablar con propiedad, te vamos a comentar que, en la actualidad, aproximadamente el 50% de las muertes que se producen en las carreteras de nuestro país tienen que ver con el consumo de alcohol y drogas antes de ponerse al volante. Muchas personas creen que tomar este tipo de sustancias no afecta a sus capacidades, pero no están en lo cierto. Por ello, cada año, en las carreteras españolas, mueren más de 500 personas. La cifra, actualmente es mucho menor que hace algunos años, pero el objetivo es concienciar a través de diferentes estrategias para que esta cifra se reduzca a cero.
Por ello, en este artículo te vamos a mostrar cuáles son las sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol. Te explicaremos, además, cómo afecta el alcohol a nuestra percepción y por qué no es buena idea ponerse al volante si hemos bebido esta sustancia hace unas pocas horas.
Resumen del artículo
¿Cómo se manifiestan los efectos del alcohol al volante?
Como hemos dicho antes, aunque hay muchas personas que creen que el alcohol no les afecta lo más mínimo a su percepción y su capacidad de reacción, en realidad se equivocan, De hecho, el alcohol es un mal compañero de viaje, ya que siempre reduce la capacidad para conducir de las personas.
Por ejemplo, cuando el alcohol pasa a la sangre, los movimientos y la capacidad de reacción ante cualquier imprevisto es mucho menor. Además, causa somnolencia, fatiga muscular y reduce la concentración, así como la coordinación. De esta manera, es mucho más complicado mantener un perfecto control de la conducción, ya que impide realizar un cálculo correcto de las distancias.
Teniendo en cuenta todos estos efectos que el consumo de alcohol tiene sobre la percepción y la capacidad de esta al volante, podemos decir que quien bebe esta sustancia antes de ponerse a conducir, se expone a un elevado riesgo de terminar causando un accidente. De hecho, tras el consumo de alcohol, el riesgo de sufrir un accidente de tráfico se multiplica por 25.
Sanciones por alcoholemia
Debido a que el consumo de alcohol afecta a la capacidad de conducción de las personas y reduce su percepción y su capacidad de reaccionar ante imprevistos en la carretera, en la actualidad, la DGT aplica sanciones administrativas cuando el consumo de esta sustancia en aire espirado y en sangre es “bajo”. Sin embargo, el código penal ha tipificado como delito el hecho de ponerse al volante cuando la tasa de alcohol es elevada. Por ello, vamos a explicar dónde se encuentra el límite para que estas se consideren sanciones por alcoholemia o delitos contra la seguridad vial.
¿Cuándo se considera que es sanción administrativa?
Según la Ley de Seguridad Vial, si un conductor ingiere alcohol en pequeñas cantidades y da positivo en alcoholemia superando la tasa permitida de 0,50 mg/l en aire espirado, se considera que ha cometido una sanción por alcoholemia. Esto se suele saldar con una multa que puede llegar a los 1.000 euros y, dependiendo de las circunstancias, se le pueden llegar a retirar hasta 6 puntos de su carnet de conducir.
Sin embargo, los conductores profesionales y titulares de un permiso de conducción con menos de dos años de antigüedad, no pueden superar los 0.30 mg/l. En este sentido, es bastante parecido al caso anterior, ya que este conductor podrá ser sancionado con hasta 1.000 euros de multa y castigado con la retirada de hasta 6 puntos del carnet.
En el caso, también de conductores profesionales y titulares de un permiso de conducción con menos de dos años de antigüedad, las sanciones por conducir con alcohol tienen consecuencias un poco menores. De hecho, dar positivo con valores de entre 0,25 y 0,50 mg/l en aire espirado, supone una sanción por alcoholemia con una multa de hasta 500 euros y se le pueden retirar hasta 4 puntos del carnet.
¿Cuándo deja de ser sanción administrativa y se convierte en delito?
Si excedes los límites permitidos por la ley de Seguridad Vial, la tasa de alcoholemia tiene sanciones más graves. De hecho, según el Código Penal, un conductor que ha ingerido y excede la cantidad de alcohol en aire espirado y en sangre en el control de alcoholemia o que presenta claros síntomas de embriaguez está constituyendo un delito contra la seguridad vial y, por lo tanto, debe ser juzgado como tal.
Por ello, el artículo 379 del Código Penal indica que “aquella persona que conduzca un vehículo a motor o un ciclomotor bajo la influencia del alcohol o de las drogas, puede ser castigado con penas de prisión de entre 3 y 12 meses, la obligación de trabajos en beneficios de la comunidad, así como la retirada del carnet de conducir de entre 1 y cuatro años”.
La tasa de alcoholemia, para que se considere delito y no una simple sanción de alcoholemia, debe ser superior a 0,60 mg/l en aire espirado o de 1,2 gr/l en sangre. Sin embargo, si esta es más elevada, se pueden aplicar agravantes y tener consecuencias mucho más duras. De esta manera las sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol pueden llegar a ser tan graves que pueden hacer que pierdas el carnet de conducir, que realices servicios en favor de la comunidad e, incluso, tener que cumplir penas de prisión. Además, si has provocado un accidente por haber estado conduciendo bajo los efectos del alcohol, se te pueden aplicar todavía más agravantes.
En cuanto a los conductores menores de edad que conducen cualquier tipo de vehículo, como, por ejemplo, ciclomotores, patinetes y bicicletas, tienen totalmente prohibido el consumo de alcohol. Esto se debe a que, con el uso de estos vehículos también se pueden provocar accidentes que afecten a su propia integridad física y la de los demás.
¿Qué hacer para evitar las sanciones por alcoholemia?
La DGT nos recuerda día tras día que la única tasa de alcoholemia segura es igual a 0,0. De hecho, el consumo de alcohol, por pequeña que sea la cantidad, afecta a nuestra percepción y nuestra capacidad de reacción.
Por ello, hay que tener en cuenta que, aunque nos encontremos dentro de los niveles permitidos legalmente, el riesgo de verse involucrado en un accidente de tráfico sigue siendo más elevado que si no se consume alcohol. De esta manera, si quieres prevenir una sanción por alcoholemia, lo mejor que puedes hacer es no consumir absolutamente nada de alcohol. Por ello, es mejor optar por refrescos y bebidas 0,0.
No obstante, si tienes algún problema al respecto que necesitas solucionar o tienes dudas, puedes confiar en nosotros. En Garanley estaremos encantados de atenderte y ayudarte a resolver cualquier tipo de percance en relación a las sanciones por alcoholemia y los delitos que estas pueden conllevar. No te la juegues y confía en un equipo profesional y con amplia experiencia en este campo.